Hasta el rabo todo es toro
Camarero la cuenta por favoor…

¿Cuántas veces hemos tenido que pedir la cuenta una y otra vez al camarero
, después del servicio?
Si además le sumamos que no hay una despedida adecuada y nadie nos acompaña a la salida, lo tenemos todo para perder una oportunidad de ganar o fidelizar a un cliente.
Seguro que más de una vez nos ha ocurrido esto, y es algo que acaba
frustrando al cliente y tirando por tierra todo lo bueno de la experiencia gastronómica que hayamos tenido.
Hasta el rabo todo es toro. Es por ello que un servicio a una mesa no está terminado hasta que el cliente sale completamente satisfecho por la puerta, con el pensamiento de que ha tenido una velada agradable y no le hubiese importado pagar más.
Esto no es tan fácil como parece, además de ser un momento del servicio que muchos olvidan y no le dan valor.
La despedida al cliente es el momento más adecuado para captar información y observar el comportamiento del mismo, para con ello saber qué grado de satisfacción tiene de nuestro restaurante.
Para realizar una despedida acorde con las expectativas que le hayamos creado al cliente, es fundamental una buena y continuada formación de nuestro equipo, para estar atentos a las necesidades del comensal en la sala y adelantarnos a sus requerimientos con la mayor prontitud y diligencia posible.
La despedida al igual que un buen postre después de una comida, es la guinda y el broche de oro a la experiencia de nuestros clientes y ello hará que se vaya con un mejor sabor de boca y un recuerdo placentero, haciendo que se convierta en un cliente fiel y embajador de nuestro restaurante.